domingo, 28 de octubre de 2012

Problemas de la dieta de la proteína líquida


Problemas de ladietade la proteína líquida, problemas. En  Estados Unidos, esta dieta ocasionó más de medio centenar de muertos, se basa en el consumo de una sustancia obtenida de la piel de vaca, un hidrolizado de proteínas, que da lugar a la liberación de los aminoácidos, pero una hidrólisis ácida, que  destruye aminoácidos esenciales como el triptófano, conalteraciones cardíacas, que precedieron a la muerte
Lasdietashiperproteicas causan una supresión del apetitodebido a la movilización excesiva de grasa y a la formación de cuerpos cetónicos. Está  demostrado que el elevado efecto termogénico de las proteínas y su bajo coeficiente de digestibilidad, reduce las calorías netas utilizables del alimento, si se comparan con unadieta equilibrada con el mismo contenido calórico.
El efecto producido por la ingestión proteica, es debido principalmente al proceso digestivo, así como a una energía extra requerida por el hígado para la metabolización de aminoácidos. Desde este punto de vista las dietas hiperproteicas podrían ser válidas, pero es necesario tener en cuenta otros muchos factores, como la sobrecarga renal, aumento de los niveles deácido úrico, depósitos de cristales en las articulaciones, riesgo potencial sobre el hígado y  pérdida del tejido magro.
En mujeres postmenopáusicas se podrían acompañar de una disminución en la absorción de calcio, lo que podría contribuir a aumentar el riesgo de osteoporosis; una dieta hiper proteica y a la vez hipercalórica no tendría ninguna utilidad en la pérdida de peso, ya que el exceso de proteínas se transforma en grasa en el hígado y se almacena en los depósitos adiposos, es decir al final tien el efecto contrario del que se busca, se aumenta de peso.

sábado, 20 de octubre de 2012

¿Eres Paleo o tienes una Mentalidad Paleo?


No hay tal cosa como ser Paleo. Así es. Es escandalosa mi introducción. No hay tal cosa como ser Paleo. De hecho, nada es “Paleo”. No hay cosas como alimentos Paleo, salsas Paleo, pastelillos Paleo, pan o galletas Paleo (¡una galleta siempre será una galleta!)
No es posible que vayas a un restaurante y encuentres exclusivamente un menú  Paleo. La palabra Paleo no es más que una mentalidad y fundamento. Un entendimiento de nuestro funcionamiento evolutivo, basado en los alimentos que nuestros antepasados cazadores recolectores tenían a su alcance.
Sé que es difícil para muchos de nosotros el comprenderlo, pero NO somos Paleo (vivimos en el siglo XXI) y usted nunca será Paleo. No hay una fórmula mágica. No hay tal cosa como soy Paleo y lo seguiré siendo. Lo que si hay, sin embargo, es una mentalidad Paleo. ¿Lo comprendes ahora? Es una aptitud evolutiva. Es un estado de ánimo, una manera de pensar acerca de las diferentes opciones que tenemos y escoger de acuerdo a lo que más se adapta a nuestro sistema. No hay para bien o para mal. Como a mí me podrán caer mal las patatas o camotes (patatas dulces) al estómago, a ti te son una fuente esencial para después de un WOD. Esa es realmente la formula básica y completa.
 No hay tal cosa como ser Paleo
Con el tiempo, el conocimiento que vamos cultivando, será nuestro mejor aliado para poder diferir entre las cosas que nos benefician o no. Si bien, hay un parámetro que podemos seguir como guía “inicial” y que es bien eficaz para modificar y controlar los hábitos “hasta del más holgazán de la familia”.
Voy a seguir recordándotelo durante todo el tiempo, porque una vez que comiences a pensar en la frase “Tengo una mentalidad Paleo” saborearás el recuerdo simple y elegante de lo que significa comer comida 100% natural y empezaras a relacionar tu estilo de vida como una forma de alimentarte de los productos naturales que se encuentran disponibles en la región (En México hay mojarras. Y no, no son paleo. Son un tipo de pez y sí, si se pueden comer, igual que todo aquel animal que corre y respira. Lo mismo aplica con los vegetales).
Para esto también tenemos la ciencia como herramienta principal para tomar mejores decisiones y mejorar nuestras metas en la vida.

Marketing vs Concepto

Una cosa es que el mercado nos quiera vender variaciones de los productos que normalmente vemos como “normales” para su consumo (ej. Frituras paleo, pastas paleo, snacks paleo)  y otra cosa es “conceptualizar” lo que significa la palabra “PALEOLÍTICO o PALEO”.
Honestamente y en mi más humilde opinión, no hay tal cosa como el cereal paleo (o una variación de nueces con pasitas o algo así por el estilo, más bien a eso YO le llamo “una variación de nueces con uvas pasas, ¿me hago entender?) Pero, ¿se puede recrear? ¡Claro que sí! ¿Sirve para que la gente coma alimentos más saludables? ¡También!

No, no eres un cavernícola y aunque lo quisieras ser

Imaginemos un mundo sin la revolución industrial. Seguramente seguiríamos rutinariamente tratando de cazar animales para poder alimentar a nuestra tribu como los Kitavan, que son grupo de cazadores recolectores y que no viven de los estragos de una industria alimentaria, pero que tampoco, por el simple hecho de que algunos los vean como “seres de la edad de piedra” sean paleo  (probablemente serán lo más próximos a resemblar una dieta paleolítica, pero nada más).
Igual que ellos, tú y yo, aunque no cazamos y recolectamos de forma diaria porque no tenemos la necesidad de hacerlo, no vivimos en la era paleolítica. Por eso no podemos ser paleo. Nosotros tratamos de emular las acciones de nuestros ancestros procurando igualarlas y/o superarlas de acuerdo a nuestro tiempo y lugar geográfico. Aprovechamos las ventajas modernas y dejamos atrás los hábitos viciosos y reintroducimos una mentalidad sana, con cero productos procesados en nuestra vida (no se preocupe señor, lo más seguro es que no morirá de hambre por no haberse comido su pan tostado con mermelada), más ejercicio, más horas de ocio y descanso y más interacción con el medio ambiente.
Algunos me dirán, "bueno Chelo, es que yo no puedo vivir sin mi computadora, y ¿cómo piensas que dejaré de trabajar?
¡Aguántame Juanito! Nadie te está  poniendo una pistola en la cabeza para que cambies de forma radical tu vida.  Tranquilízate. Yo, igual que tú, tengo un trabajo por internet, 4 hijos en casa y es una situación de caos la mayor parte del tiempo. Y no, no empezare a vivir o a verme como los picapiedra.Aunque no estaría mal verme así:
Mis acciones y objetivos alimenticios se basan en una filosofía paleo. No tengo que vivir en una caverna porque no soy paleo. Al final del día, termino trabajando  con mi computadora al aire libre, favorezco los productos de mi localidad, me ejercito junto a mis hijos, trato de ir a dormir lo más temprano posible. Eso es tener una mentalidad paleo.
 Haz lo que puedas, con lo que tengas, estés donde estés

Un mundo paleo modernizado

El concepto de la dieta paleolítica nos ofrece escritos y otros recursos sobre los principios y prácticas de nutrición, salud y fitness que son más propicios para el humano.
Estamos a favor de una perspectiva paleo sobre los temas. Usamos la forma evolutiva de la humanidad, junto con lo mejor de la ciencia moderna, como un amplio marco para guiar nuestras decisiones diarias sobre la dieta, el ejercicio, los suplementos y los medicamentos. El núcleo para seguir una dieta paleolítica es el evitar los granos, azúcares y aceites vegetales a favor del alto consumo de carne de calidad, pescado frutas y verduras. Además abogamos y practicamos “una filosofía para vivir de la tierra” Una filosofía de Ayn Rand del objetivismo, que nos dice:
“Mi filosofía, en esencia, es el concepto del hombre como un ser heróico, con su propia felicidad como el propósito moral de su vida, con el logro productivo como su actividad más noble, y la razón como su único absoluto.”
Vivimos de esa filosofía. No buscamos regresar al pasado. Queremos disfrutar plenamente de las ventajas que nos da la vida moderna. No NOS AFERRAMOS a los dogmas o nos sometemos a la autoridad. Pensamos y actuamos por nosotros mismos en base a nuestra mejor comprensión de los hechos pertinentes. Nosotros no sacrificamos nuestro juicio o nuestros valores a los demás, ni pedimos a los demás que se sacrifiquen por nosotros. Buscamos lo mejor para nosotros mismos mediante la producción y el comercio de manera voluntaria con otras personas racionales y productivas. Rechazamos los controles gubernamentales y aceptamos el bienestar: cada persona debe ser libre de vivir como le plazca, siempre y cuando se respeten los derechos de los demás.
Como filosofía, el objetivismo no se pronuncia sobre cuestiones científicas sobre nutrición, fitness y salud. Sobre la distinción entre la filosofía y la ciencia, Ayn Rand escribe nuevamente:
"La filosofía estudia la naturaleza fundamental de la existencia, del hombre y de la relación del hombre con la existencia. Frente a las ciencias especiales, que se refieren sólo a aspectos particulares, la filosofía se ocupa de los aspectos del universo que se refieren a todo lo que existe. En el ámbito de la cognición, las ciencias especiales son los árboles, pero la filosofía es el suelo que hace que el bosque sea posible." (Philosophy: Who Needs It, 2)
No obstante, se reconoce que la mayoría de los objetivistas no siguen una dieta paleo, al igual que la mayoría de los defensores de la dieta paleo no son objetivistas. Estamos comprometidos a forjar nuestro propio camino para asegurar una mejor vida, la salud y la felicidad. Eso es lo que significa ser humano. ¡Come comida real y se feliz!
Entonces deja un comentario y dime, ¿eres paleo o tienes una mentalidad paleo?
Fuente : CONSUELO WERNER
Traductor/Editor oficial en español del Bestseller del New York Times “The Paleo Solution” de Robb Wolf. Asesora gastronómica. Especialista en nutrición en el embarazo y el Crossfit.

La Construcción Muscular. ¿Cuánta Proteína Consumir?


La construcción del atleta no sólo exige un buen régimen de entrenamiento, sino también consumir alimentos de calidad, como lo habíamos mencionado en los anteriores artículos sobre los glúcidos (carbohidratos de origen vegetal).  En este  artículo ahondaremos sobre las proteínas, su origen y calidad.
He revisado a lo largo de mi carrera de entrenador, así como en mi vida de investigador del campo del deporte, la correcta cantidad de proteína que se debe consumir para interrumpir el proceso catabólico (la destrucción) del músculo y para enfatizar el proceso anabólico del mismo (construcción). Alimentos ricos en proteínas son la carne y el pescado, la leche y el queso, las semillas y las legumbres.
Tenemos que tomar en cuenta que la proteína digerida y procesada por el organismo en aminoácidos y luego en péptidos, no solo se usan para la reparación del organismo en sí, sino también para cumplir funciones de primera clase dentro de la fisiología de nuestro cuerpo. Así se tienen funciones de transporte, estructurales, contráctiles, inmunológicas, hormonales, enzimáticas, homeostáticas y energéticas.
Vamos paso a paso en este mar de hipótesis que se han generado a lo largo del estudio del deporte y de sus necesidades dietéticas:

¿De dónde podemos obtener las proteínas?

Existen tanto de origen vegetal, como de origen animal. Aquí viene otro gran problema (y quiero dejar claro que respeto a los vegetarianos). La ciencia dice que la calidad de proteína vegetal es incompleta y no llena por completo los requerimientos nutricionales que necesita el cuerpo humano. Mientras tanto la proteína de origen animal es una proteína más completa, pues tiene las cantidades adecuadas de nutrientes esenciales que el cuerpo requiere para un óptimo desarrollo. Sobre este tema lo que quiero aclarar es que no todas las proteínas son iguales, las hay de mejor y de peor calidad, de elevado o poco valor biológico, dependiendo del número y cantidad de aminoácidos que aporte.
Cuando se habla de proteínas, estamos refiriéndonos al número de aminoácidos que sobrepasa los 5.000 en su estructura, y así mismo esos aminoácidos están unidos por péptidos. Se ha visto que de los 200 aminoácidos presentes en la naturaleza, solo 20 son capaces de formar proteínas.
Pero una de las cualidades más importante de la proteína es su capacidad de relacionarse con su entorno para formar nuevas moléculas. Dentro de estas cualidades está la desnaturalización, que es de suma importancia para la nutrición.
Esta desnaturalización puede obedecer a diferente agentes químicos, cambio de pH, alteraciones en la temperatura, etc., las cuales originan alteraciones desde el centro de la materia y realizando un cambio en las propiedades estructurales de la misma.
Cabe destacar que para el tema que atañe a este artículo, la desnaturalización está ligada a todos los procesos de cocinado, pero al contrario de lo que piensa la gente,  este proceso de los alimentos de contenido proteico no les resta el valor nutricional, ya que lo más importante es el aporte de aminoácidos para uso del organismo para construir otras proteínas o para su aporte de nitrógeno. En algunos ejemplos de la desnaturalización, podemos mencionar la proteína de leche (caseína), conocida como cuajada, es la parte más alimenticia, ya que contiene la mayoría de calcio, vitamina A, grasas y proteínas. Otra es la precipitación de la proteína soluble ovoalbúmina del huevo y se coagula en un sólido blanco por efecto de la cocción.
Sobre esto hay muchos mitos como el de consumir huevos crudos en batidos o en jugos, como se ve en muchas películas tipo Hollywood  y en el ambiente del fisiculturismo. Esta forma de consumir huevos no genera absorción alguna de la Ovoalbúmina. Recordemos que en el ambiente del fisiculturismo lo que se busca es un consumo aumentado de calorías. Pero cuidado: lo que sí se puede obtener con el consumo de huevo de esta forma es una salmonelosis y grandes problemas digestivos.
La absorción de la proteína por el proceso digestivo y los originados por la descamación de la mucosa intestinal, pasan a la sangre de ahí la sangre pasan al hígado, en donde pueden transformarse y seguir diferentes caminos:
  • Una parte se dirige a la síntesis proteica, formando parte de las proteínas corporales con fines estructurales y de transporte.
  • Otra parte sale del hígado sin ningún cambio y siendo transportadas a otros tejidos
  • En caso que el consumo sobrepase las necesidades nutricionales, el exceso se cataboliza y se produce amoniaco, siendo eliminado por la orina

¿Deben incrementar su consumo los deportistas?

Los aminoácidos son los ladrillos en la gran construcción de la pared muscular y por eso se consideraba que el deportista debía consumir una mayor cantidad de proteínas, sobre todo los atletas que entrenaban fuerza y volumen, ya que se consideraba que el músculo se consumía a si mismo como combustible.
Algunos autores como Hortsman, citado por Wilmore y Costill, en el año 2005, llegó a la conclusión que la dieta occidental, o sea un aporte entre el 12 y 15%, satisface adecuadamente las necesidades de proteínas del deportista, aunque se vieron notables ganancias de fuerza con el consumo de un suplemento proteico. 
Por otro lado, una  investigación  en deportistas universitarios que realizaban un trabajo de fuerza y que consumieron un suplemento proteico que contenía entre 0,8 y 2,4 gramos de proteína por kg, retuvieron más proteína muscular. La excreción de nitrógeno en la orina, un indicador de la ingestión de proteínas, se redujo significativamente, lo que nos dice que no se excretaba un exceso de proteína. Este estudio concluye que la cantidad de 2 gramos por kg puede haber satisfecho las necesidades proteicas del sujeto.
En otros estudios de hombres que tomaron diferentes cantidades de proteínas durante un periodo prolongado entre los 1,4 y 2,8 gramos por kg de peso corporal, sólo el grupo de la dieta proteica elevada incremento significativamente la masa magra.
todas las investigaciones revisadas concuerdan que una dieta debe contener  un aporte calórico de proteína entre 12 al 15% de la dieta. Esto quiere decir que son 0,75 a 0,8 gramos por peso corporal por día. Por otro lado todas las investigaciones aportan un resultado significativo que el entrenamiento de fuerza y el consumo alto de proteínas (2,4 a 2,8gramos por kg), incrementan la masa magra.
Lo que nos puede hacer entender que la intensidad del entrenamiento esté ligada a la asimilación de más cantidad de aminoácidos para la reparación de nuestro cuerpo y sus funciones metabólicas.
Esto no quiere decir que todos vamos a comer más alimentos que contengan grandes cantidades de proteína y salir corriendo a comprar suplementos, ya que los mismos investigadores agregan al final que no hay tantas investigaciones o pruebas que justifiquen grandes dietas de proteína en los deportistas. Esto puede acarrear problemas de sobrecarga en los riñones para excretar los aminoácidos no usados.
Si usted a lo mejor lleva una dieta alta en proteínas, debe tener presente que debe mejorar la hidratación, además de tener la costumbre de vigilar el color de la orina excretada por la mañanas. Si su color es demasiado amarillo puede significar dos cosas: que estamos deshidratados o que tenemos una sobrecarga en los riñones.
Pero lo más importante de todo: coma balanceado. Eso quiere decir: 40% de la alimentación viene de los glúcidos o sea CHO de origen vegetal, 30% de la proteína y 30% de la grasa buena, estos porcentajes los propone el Dr. Barry Sears en su libro La Zona, también mencionados en el libro Crossfit Training Guide.
Coma proteína según el desempeño en sus entrenamientos desde bajo, moderado y alto (élite), pero asegúrese que si va consumir proteína revise su calidad y no ponga a trabajar en exceso sus riñones por una proteína de baja calidad o menos biodisponible.
Pero sobre todo y nunca lo olvide: viva inteligentemente, coma limpio y entrene duro

Fuente : JUAN RAMIREZ

Instructor de ciclismo indoor de Reebok. Especialista en nutrición deportiva. Entrenador personal IFPA. Entrenador funcional enfocado a surf. CrossFit LVL 1 Certified. Bachiller en promoción de la salud física.

jueves, 18 de octubre de 2012

El apetito emocional


Las emociones, como el estrés, el aburrimiento o la tristeza, condicionan la manera en que nos relacionamos con la comida

Las emociones y la comida
Nuestra actitud antes o después de comer es, con mucha probabilidad, la forma más habitual y explícita de la relación que existe entre la comida y el estado de ánimo. Cuando tienen hambre, muchos animales, entre ellos los humanos, tienden a estar agitados, en alerta, e incluso, irritables, ya que esta condición estimula y fomenta la búsqueda de alimento. Una vez más, nuestros genes ancestrales recobran protagonismo.
Después de comer, el sistema nervioso genera una sensación de calma y el humor tiene más probabilidades de ser positivo
En cambio, después de una comida que nos sacia, los nutrientes absorbidos llegan al cerebro: a través del sistema nervioso se genera una sensación de calma, un estado letárgico en el que el humor tiene más probabilidades de ser positivo que negativo.
No ocurre lo mismo siempre, eso sí. Las emociones son detristeza, vergüenza o ansiedad después de haber consumido un alimento que no debíamos, que sabemos que no es sano o que no forma parte de nuestro plan alimentario para perder peso. Y es que en alimentación nunca hay blancos y negros. Si además se relaciona con la compleja psicología humana, la gama de colores se amplía de forma exponencial.

El estrés y las ganas de comer

El estrés afecta a la salud de manera directa a través de múltiples procesos fisiológicos, pero también escapaz de cambiar comportamientos que se relacionan con la salud, como la selección y la ingesta de alimentos. Los estudios indican que la mayoría de las personas experimentan cambios en la conducta alimentaria en respuesta a una situación de estrés. Sin embargo, esta respuesta no es la misma en todos los individuos. Es más, puede ser la opuesta.
Un trabajo publicado en la revista científica Appetite calculó, a partir de datos de varias investigaciones, que mientras un 30% de los sujetos estudiados manifestaron un aumento en su apetito, casi un 50% revelaron una disminución de las ganas de comer. Estos efectos parecen ser distintos en función del tipo de persona que siente estrés: quienes restringen la ingesta de manera habitual suelen responder con más apetito y ganas de comer que quienes no la limitan de forma cotidiana.

Los sabores que provocan placer

La sensación placentera asociada al sabor dulce es innata, mientras que el amargo y el picante se rechazan de forma natural por los bebés. Varios estudios así lo han demostrado al analizar las expresiones faciales de recién nacidos a quienes se les administraron líquidos con sabores dulces o amargos. Sus muestras de goce al beber el líquido con azúcar contrastan con expresiones que los investigadores asocian a emociones negativas y que coinciden con el momento de probar el sabor amargo.
Las reacciones ante un alimento están influenciadas por las experiencias previas y por las expectativas que se tienen sobre su consumo
Sin embargo, cuando las personas son mayores, las expectativas y predicciones acerca de las reacciones a la comida están muy influenciadas por las experiencias previas. Las reacciones frente a un alimento tienen mucho que ver con qué ha pasado las anteriores veces que lo hemos consumido, pero también con lo que esperamos de ese consumo o cómo afecta este alimento a otras personas.
Algunos estudios han comprobado que al consumir bebidas que contenían agua con edulcorantes no calóricos, tipo sacarina oaspartamo (sin azúcar, solo con sabor dulce) y con diferentes grados de dulzor, se detectaban mayores subidas de glucosa sanguínea tras haber consumido la bebida con el sabor más dulce. Esto lleva a pensar que, si bien el sabor dulce puede gustar de forma innata, también puede verse afectado por lo que esperamos de él al consumirlo.
Un buen ejemplo plasmado en el cine es la típica escena de película en la que, tras un disgusto sentimental, la protagonista busca consuelo en un bote de helado. Hacer lo mismo en la vida real, ¿de verdad nos hace sentir mejor o estamos condicionados por esas escenas? ¿Estaremos más relajados después de haber consumido un alimento que quizá no debíamos comer o, por el contrario, tendremos con ello otro motivo de estrés emocional? Conviene hacerse estas preguntas antes de tomar la decisión.

Ocho claves para superar el estrés y la ansiedad sin recurrir a la comida

Ya sea para regular la ingesta o para minimizar las consecuencias del estrés, la ansiedad y las emociones negativas sobre la salud, es conveniente conocer técnicas y estrategias de relajación. Además de los alimentos que ayudan a combatir el estrés, el gabinete psicopedagógico de la Universidad de Granadapropone las siguientes ideas para hacer frente a las situaciones que generan tensión:
  1. Realizar actividades que permitan renovarse desde el punto de vista físico y psicológico: descanso, vacaciones, deportes y actividades de ocio, técnicas de relajación.
  2. Practicar ejercicio físico. Actividades como caminar, nadar, o incluso, limpiar el hogar, reparan fuerzas y reaniman.
  3. Evitar la automedicación, el abuso de cafeína, alcohol y las comidas excesivas.
  4. Establecer límites, aprender a decir"no" y suspender las actividades que son menos prioritarias.
  5. Organizar el tiempo. Priorizar y estructurar las actividades y expectativas.
  6. Intentar mantener expectativas realistas. Esperar demasiado de uno mismo o de los demás, exigirse perfección o ser inflexible con las prioridades puede generar mucha frustración.
  7. Compartir las emociones: buscar alguien con quien conversar y expresar las emociones, tanto las positivas como las negativas.
  8. Anticipar las situaciones estresantes y prepararse para ellas, imaginar la situación y practicar las respuestas y reacciones.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Día Mundial de la Alimentación: ¿comemos más que antes?


FuenteEroski consumer

Las calorías consumidas por la población occidental en los últimos años o bien no han aumentado o han disminuido. Sin embargo, en el cómputo de las calorías no solo se deben considerar las consumidas, sino también las gastadas. Y nuestro gasto energético se ha reducido de forma alarmante con el paso de los años. España es uno de los países más sedentarios de la Unión Europea. En otras palabras: repostamos demasiado carburante en relación a la gasolina que gastamos y ese desequilibrio es cada vez más acusado. En el Día Mundial de la Alimentación, el siguiente artículo detalla cómo ha aumentado el tamaño de las raciones, explica cómo incide el tamaño del plato en nuestro peso corporal, propone sugerencias prácticas para consumir las calorías justas y alerta sobre la calidad nutricional de los alimentos que comemos.


Raciones cada vez más grandes

El tamaño de las raciones y su aporte calórico han aumentado de manera notable. Resulta sorprendente descubrir el incremento de la ración habitual de alimentos en los últimos 20 años y cómo ello se traduce en un mayor contenido calórico. Pero lo más interesante es que el ejercicio físico necesario para compensar ese aumento en las calorías es muy elevado.
Por ello, debido a la importancia de la relación entre el ejercicio físico y las calorías que ingerimos, el Instituto de Salud de Estados Unidos elaboró en 2004 los siguientes cálculos, tras computar el incremento en el tamaño de la ración habitual de varios alimentos.
Tabla comparativa
Alimento (una ración)Kilocalorías que aportaba en el año 1983Kilocalorías que aportaba en los años 2003/2004Ejercicio que hay que realizar para compensar el aumento de la ración
Donut14035035 minutos caminando de forma vigorosa (210 Kilocalorías)
Refresco8525035 minutos haciendo aerobic acuático (165 Kilocalorías)
Sándwich de pavo32082085 minutos en bicicleta (500 Kilocalorías)
Hamburguesa con queso33359090 minutos levantando pesas (257 Kilocalorías)
Palomitas de maíz27063095 minutos caminando (360 Kilocalorías)
Pizza al pepperoni500850105 minutos pasando el aspirador (350 Kilocalorías)
Algunos investigadores han partido de la premisa "el arte imita a la vida" para evaluar el aumento de las raciones de un modo curioso, a la vez que divertido e instructivo. Wansink y sus colaboradores se propusieron descubrir en 2010 si el incremento de nuestras porciones alimenticias ha sobrevenido solo en los últimos decenios o, por el contrario, lo ha hecho desde hace varios siglos. Para ello, en vez de recurrir a encuestas de población, tomaron el cuadro que representa "La última cena de Jesucristo junto a sus Apóstoles". Tras medir el tamaño de los alimentos (y de los platos) dibujados en distintas representaciones de esta cena, pintadas en el último milenio por autores tan importantes como Tiziano, El Greco o Leonardo Da Vinci, se concluyó lo siguiente: "El tamaño del plato principal ha aumentado de forma general un 69,2%".
Las raciones que proponen los restaurantes en sus menús superan, a menudo, las necesidades energéticas de todo el día
Si bien es un dato curioso, no es una prueba científica consistente. En cambio, sí se basa en datos científicos 'Krause Dietoterapia', una obra de referencia en el campo de la Nutrición y la Dietética, de reconocido prestigio internacional y que ha contado con la colaboración de más de 50 expertos líderes de opinión en la disciplina. En este libro se recoge una frase que es imprescindible traer a colación: "La alimentación excesiva en las sociedades occidentales se debe, en parte, al gran tamaño de las raciones aceptado como norma. Las raciones y las calorías que los restaurantes y los establecimientos de comida para llevar ofrecen en un menú superan a menudo las necesidades energéticas de todo el día de una persona".

El tamaño del plato: ¿cómo incide en nuestro peso?

El más reciente consenso de prevención y tratamiento de la obesidad en España (2011) indica, en relación a la prevención, que "un mayor tamaño de las raciones puede dificultar la autorregulación de la ingesta". Es decir, cuando estamos frente a una ración grande de un alimento, es más probable que no seamos capaces de controlar bien nuestros innatos mecanismos de apetito, hambre y saciedad, y que tomemos, por tanto, más calorías de las que habríamos ingerido si la ración hubiera sido más pequeña.
El consenso recomienda, por ello, utilizar raciones de menor tamaño, ya que "limita la ingesta energética". El concepto no es nuevo: en 2007, un consenso de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) señaló que el incremento de las raciones servidas tanto en el hogar como en los restaurantes de "comida rápida" favorece el aumento de peso. Un año después, el "Decálogo para la prevención y el abordaje integral de la obesidad", emitido por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, tambiénapuntó que el tamaño de las porciones es uno de los factores dietéticos que predispone al exceso de peso.

Consumir las calorías justas: ¿qué podemos hacer?

Los adultos aumentamos entre medio kilo y un kilo cada año. Para prevenirlo, debemos tener presente que el tamaño de las raciones de nuestros alimentos (en casa, en el supermercado o en el restaurante) está "al alza", sin olvidar que nuestra actividad física disminuye de manera progresiva. El consenso de 2007 de la SEEDO sugiere, entre otras interesantes recomendaciones, "utilizar platos pequeños para servir las raciones". Cuatro años después, expertos en nutrición americanos han emitido recomendaciones similares, enmarcadas en la propuesta: "Disfrute de su comida, pero coma menos". Incluso han publicado vídeos en Youtube para detallar qué es una ración "normal".
Para tratar el exceso de peso una vez instaurado, debemos acudir sin falta al médico y al dietista-nutricionista. En cualquier caso, el consenso FESNAD-SEEDO, en su apartado "tratamiento" (que revisa las estrategias que deben seguirse en pacientes con sobrepeso u obesidad), señala que la disminución del tamaño de las raciones consumidas es una "medida estratégica" efectiva para disminuir el exceso de peso, opinión compartida con otras entidades de referencia.
Resulta conveniente recordar que las restricciones calóricas bruscas no son recomendables porque pueden acompañarse de peligrosos períodos de desinhibición o del conocido "efecto rebote" (también denominado "efecto yoyó" o "weight cycling"). Un documento firmado por tres importantes sociedades de nutrición en 2009 afirma que "pequeñas reducciones en las raciones (de los alimentos consumidos) pueden disminuir la ingesta de energía sin estimular al apetito". Es decir, reducir las raciones no supondrá un esfuerzo significativo y, a cambio, puede reportar resultados exitosos a medio-largo plazo.

Vigilar la calidad nutricional de la comida

Tomamos demasiadas calorías en relación a nuestro gasto energético, pero además, el combustible (energía) que ingerimos tiene cada vez un peor perfil nutricional. Entre los nutrientes que más desequilibran nuestra dieta destacan los azúcares, las grasas saturadas, los ácidos grasos trans y el sodio. El Comité Científico de la AESAN considera que los alimentos transformados, por su contenido real o por su frecuencia de consumo, son en muchos casos la principal fuente de estos nutrientes.
Con respecto a este tipo de alimentos, es imprescindible mencionar un estudio de Slimani y colaboradores, que mostró en 2009 que el 61% de las calorías que ingiere la población española provienen de alimentos muy procesados. Investigadores de Oporto han evaluado en julio de 2012 a uno de los productos más controvertidos en dietética: el alcohol. Sus conclusiones son claras: más allá de las características sociales y de comportamiento, el consumo de alcohol, tanto en hombres como en mujeres, está relacionado con un mayor riesgo de obesidad.
Se sabe desde hace tiempo que una dieta saludable es rica en alimentos de origen vegetal y pobre en alimentos azucarados, hipercalóricos o con baja densidad nutricional. Pero hoy también sabemos que no debe estar formada por alimentos cuya ración de consumo sea grande. Tal y como resumió de forma magistral el periodista Michael Pollan en su libro 'El detective en el supermercado': "Coma comida. No demasiada. Plantas en su mayor parte".


martes, 16 de octubre de 2012

Alimentos caducados a precios rebajados. Grecia abre la veda


Las rebajas han llegado a los estantes de su supermercado, solo que en vez de ropa fuera de temporada, ahora podrá encontrar alimentos caducados a precios de saldo. Grecia ha abierto la veda con un decreto ministerial que devuelve la vigencia a un antiguo reglamento, que autoriza a las tiendas de alimentación a vender alimentos aún habiendo superado su fecha de caducidad.
Fuera de estas rebajas se quedan los lácteos, la carne y los pescados, por motivos de seguridad alimentaria, pero el resto de productos podrán ser vendidos hasta tres meses después de su fecha de consumo preferente —aquellos en los que solo se indique el año—, mientras que para el caso de los productos que deban consumirse preferentemente antes de una fecha marcada con mes y año, su venta podrá extenderse un mes. Por último, aquellos alimentos con fecha de caducidad fijada con un día y un mes —los más perecederos— podrán seguir en las estanterías una semana más.

El gobierno heleno defiende la medida alegando que era una norma ya existente y que es una práctica que está permitida en toda Europa, pero no ha logrado justificar públicamente su decisión, algo que sí han hecho desde diversas asociaciones de consumidores, que hablan de la incapacidad del gobierno para manejar el aumento descontrolado de los precios de productos básicos.
Además, denuncian que el reglamento no establece cómo de rebajados deben de estar estos productos caducados, ni cómo se diferenciarán del resto, por lo que la medida podría no mejorar la capacidad adquisitiva de los consumidores, sino simplemente un mayor lucro para los supermercados, amén de hacer más patente aún la brecha social que se ha producido en Grecia, con un gran porcentaje de su población bajo el umbral de la pobreza.
Mi opinión es que es una medida poco afortunada, que poco o nada beneficia al consumidor, pues simplemente se alarga el tiempo que un producto pueda permanecer en el supermercado, con rebajas que quedan en un limbo legal que seguro aprovecharán estos establecimientos. Eso, sin contar con que con esta extensión del tiempo de venta se reduce el margen de maniobra para los bancos de alimentos, que son los encargados de manejar precisamente estos excedentes.
Sí me parece bien, por contra, la política de algunos supermercados de rebajar los productos perecederos que tengan cercanos a su fecha de caducidad, como carnes o panes de molde, avisando claramente al consumidor y con una rebaja considerable en su precio, ideal para aquellos que pensamos consumir el producto inmediatamente o tal vez al día siguiente, pero de ahí, a comprar algo que ya haya rebasado su fecha de caducidad o de consumo recomendado, hay un trecho.
Ya lo dice el refrán, cuando las barbas de tu vecino veas cortar… y como de momento hemos seguido los pasos de griegos y portugueses, la lógica nos hace pensar que una medida así podría acabar implantándose en nuestro país. así que podemos ir formándonos una opinión. ¿Cuál es la vuestra con respecto a que Grecia permita la venta de productos caducados?

Una mujer reparte pan en una iglesia del centro de Atenas, el pasado abril. JOHN KOLESIDIS | REUTERS